«Alta Argentina» es una marca que pertenece a un mercado de dueños asiáticos. El primer obstáculo que debimos enfrentar fue, como era de esperar, la diferencia cultural. Si bien el trabajo llegó por intermedio de un representante argentino, éste vino con una idea preconcebida sobre el logotipo que no tenía la menor posibilidad de seducir al consumidor argentino.
El nombre Alta Argentina no guardaba relación con la idea asiática de acompañar con la imagen de una familia de conejos. En la cultura china los animales guardan un significado especial por lo que era cuestión de encontrar la línea gráfica para representar al conejo. El cliente no la aceptó y cambió a otro concepto radical: «alas».
El otro problema que hubo que enfrentar fue que el cliente, «para ahorrar», quería desarrollar uno a uno los envases que conformarían la línea de productos de su marca, siguiendo el ejemplo de Marolio, Día, Coto, etc. Lo normal es desarrollar un logotipo a sabiendas de la línea de productos, y el logotipo en general es a uno o dos colores y discreta su ubicación. Las razones son varias y no hacen al caso, pero sí es importante destacar las complicaciones en la etapa de impresión del envase, más aún cuando se trata de flexografía, el sistema de impresión de las bolsas de polietileno; el costo de matricería es muy alto, siempre se usa el color blanco para eliminar la transparencia donde va la impresión, y hay que usar un color oscuro que «dibuje» el diseño y las leyendas, por lo tanto, quedan uno o dos colores para jugar sin que el presupuesto se vaya a las nubes.
No seguir este consejo, al cliente le costó u$s 1500 en pre impresión que podría haber usado en desarrollar más productos.
Quedamos todos conformes con el resultado y nosotros, particularmente, a la espera de otros productos más, aunque todo se interrumpió por la cuarentena obligatoria del COVID-19.